Oldpreneurs: Emprendedores de más de 50 años.

Completamente de acuerdo que si eres emprendedor, es casi imposible apagar tu pasión por los negocios, y que la experiencia aporta muchísimo aún después de los 50 años.

Datos internacionales revelan que, los emprendedores mayores tienen una tasa de éxito del 70% al crear nuevas empresas. Tener una experiencia  ayuda a entender mejor cómo funcionan  las organizaciones, y qué tipo de dinámicas se siguen para que compren tu servicio, o cómo se valoran las innovaciones.

Según publicación reciente, en Reino Unido una nueva ola de emprendedores maduros capitaliza su pensión para crear negocios con más éxito que los jóvenes. Gracias al ‘pension-led funding’, un servicio financiero mediante la cual, a partir de los 55 años, es posible capitalizar la pensión y convertirla en un fondo de inversión, en vez de estar obligado a cobrarla en anualidades. Y además tiene sus ventajas, porque el primer 25% está libre de impuestos.

Y también proliferan los cursos de ‘management’ y finanzas para mayores. Porque, como dice John Allan, director nacional de la Federación de Pequeñas y Medianas Empresas de Reino Unido: “nunca es tarde para emprender un negocio”, y añade que “a pesar de que los propietarios de más edad tengan más retos, es importante que nuestra economía permita a persona de todas las edades crear algo excitante y nuevo”.

En otra investigación de Vivek Wadhwa, un emprendedor y académico tecnológico estadounidense, confirma que en industrias intensivas en tecnología la edad media del emprendedor ronda los 40. El ratio de éxito de empresas capitaneadas por personas de 50 años dobla a los de 25. El 70% de esos emprendedores contaba con experiencia corporativa que les permitió conocer las debilidades de la industria y capitalizar nuevas ideas que sabían que iban a funcionar. “Las ideas vienen de la necesidad; el entendimiento de esa necesidad viene de la experiencia; y la experiencia se alcanza con la edad“, sentencia el autor.

Cuando se es joven, se aceptan los cambios y se proponen cambios más innovadores. El desafío al orden establecido es propio de la juventud y un valor para el emprendimiento. En cambio, con la edad decrece esa constante bravata y se apuesta por la resolución de problemas, la gestación de alianzas y los puntos de encuentro. La experiencia permite también encontrar oportunidades reales y detectar necesidades, por ejemplo, de los antiguos empleadores. Para la sostenibilidad del negocio, éstas son competencias fundamentales.

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