La Educación ambiental como aliada para el Desarrollo Sostenible es una herramienta que nos da luz sobre formas posibles de resolver los retos más grandes de la humanidad. Y es que, si nos preguntáramos cuál es el problema que compartimos en el mundo, que podemos solucionar si cambiamos ciertos comportamientos e ideas, la mayoría responderíamos: la problemática ambiental.

La problemática ambiental es un tema que encontramos en todos lados. Sabemos que como sociedad tenemos el gran reto de cambiar nuestras formas de ser y estar en el mundo. Es un tema mencionado en todos los ámbitos sociales. Tan es así, que en 2015 todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron un plan de acción: la Agenda 2030. La Agenda tiene 17 objetivos detallados con sus metas y planes específicos. Estos pretenden hacer posible la trasformación de nuestro mundo mejorando las condiciones de vida y logrando un desarrollo sostenible. Para saber más, consulta:

https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/

Educación ambiental y los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS 

La educación ambiental consiste en la toma de conciencia de nuestra realidad en el mundo y de nuestra relación con nosotros mismo y con la naturaleza, sin olvidar los problemas que derivan de estas relaciones. A esta definición se adapta perfectamente cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pues no son más que los problemas que han surgido de nuestras relaciones y del uso que estamos haciendo de la naturaleza y que debemos solucionar si queremos que nuestro futuro sea sostenible.

Muchos de los ODS ya son el tema central de numerosas campañas de educación ambiental, como la vida submarina (ODS 14) o producción y consumo responsable(ODS 12), pero el conjunto de todos estos objetivos nos da la oportunidad de abarcar de un modo mucho más amplio los retos que tenemos que superar para lograr una sociedad en equilibrio con la naturaleza y consigo misma.

Además no sólo los ODS pueden ser la nueva base de la educación ambiental, sino que esta acción educativa puede ser la mejor herramienta de la sociedad para alcanzar los ODS. La transversalidad que ofrece la educación ambiental hace posible abarcar todos estos retos desde un único espacio con dinámicas que nos hagan pensar y reflexionar sobre la desigualdad en las diferentes partes del mundo, nuestra responsabilidad con las mismas y la necesidad de tomar medidas que nos hagan desarrollarnos juntos y mejor. La educación ambiental no busca más que la toma de conciencia de nuestros actos para que algo tan sencillo como usar una bolsa de tela reutilizable sea el primer paso para acabar con la pobreza. Porque esa es la base de la educación ambiental y de los ODS, todo está relacionado y si queremos un mundo sostenible, con todo lo que eso implica: igualdad, desarrollo sostenible, fin del hambre y la pobreza, debemos luchar para conseguirlo en cada uno de los aspectos de nuestra vida.

Aunque los ODS pueden parecer difíciles de alcanzar por ser muy ambiciosos y variados son también una guía ideal para que a la hora de actuar localmente no nos olvidemos de pensar globalmente.

Educación ambiental para el desarrollo sostenible: una necesidad universal

“La educación es el terreno donde el poder y la política se expresan de manera fundamental. Donde la producción de significado, de deseo, lenguaje y valores está comprometida y responde a las creencias más profundas acerca de lo que significa ser humano, soñar y dar nombre y luchar por un futuro. Una forma de vida social especiales.”

Así pues, la educación también tiene que sufrir transformaciones e innovaciones basadas en las necesidades que pretende abordar. Una educación que nos procure una mayor conciencia en la forma de conducirnos y relacionarnos hacia nuestro entorno, así como a otras forma de vida. Una de esas transformaciones es la forma de ver y entender la vida, toda ella. La educación ambiental tiene esa lupa necesaria, pues considera a la naturaleza como un elemento activo que responde con base en los estímulos que recibe.

La educación ambiental sostiene una mirada más amplia, apreciativa y ética de lo que sucede en nuestro espacio. Procura no solo dar información sobre el ambiente, sino también interpretar de mejor manera las interacciones y respuestas de la naturaleza. Ello nos orientará a tomar mejores decisiones sobre cómo nos relacionamos con el ambiente.

Educación ambiental para el desarrollo sostenible como eje curricular

La educación ambiental debe permear en todos los niveles escolares. Más que ser impartida como una materia, o como parte de alguna asignatura -como sucede en nuestro país-,  debe ser eje curricular. Y este eje curricular debe guiar las enseñanzas de habilidades, dinámicas, competencias y valores para logar un desarrollo sostenible.

Dentro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible se encuentra el Objetivo 4, que pretende garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, además de promover oportunidades de aprendizaje permanente para todas las personas. Este objetivo está desglosado en 7 metas. Dentro de ellas, la Meta 7 dice:

“para el 2030 se espera garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible.» Esto se puede lograr «mediante la educación para el desarrollo sostenible y la adopción de estilos de vida sostenibles.» Así como «los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.»

Por lo tanto, la educación ambiental funge como un elemento clave , pues gracias a ella se puede generar un cambio de valores y comportamientos que nos guíen hacia la preservación de los recursos y el medio ambiente.

La juventud de hoy es el futuro de mañana y en la construcción de un mundo mejor su formación es fundamental. Un informe publicado por la UNESCO advierte que es imprescindible lograr que la educación medioambiental sea un componente central del currículo escolar en todo el mundo de aquí a 2025. La publicación afirma que más de la mitad de los planes de estudio de casi 50 países no menciona el cambio climático, lo cual significa un gran impedimento para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030. Asimismo, el organismo internacional promueve un enfoque holístico de los problemas ambientales y considera que es necesario incluir el conocimiento de las comunidades indígenas dentro de estos programas educativos.

La UNESCO, el organismo especializado de las Naciones Unidas para la educación, considera que la formación es la máxima prioridad porque se trata de un derecho humano básico y el fundamento de la paz y el desarrollo sostenible. En este sentido, la entidad internacional advierte acerca de la necesidad de que la educación medioambiental tome la relevancia que merece a nivel mundial. Así lo afirma en el último informe publicado a comienzos del 2021 titulado: “Aprender por nuestro planeta. Una revisión global de cómo se integran los temas medioambientales en la educación”.

Es claro que no estamos haciendo las cosas bien: el 2020 fue el año más caluroso jamás registrado; un millón de especies están en peligro de extinción; el cambio climático es un hecho casi irreversible y hay evidencia científica de que estamos utilizando más recursos de los que el planeta puede generar cada año. ¿Algo más? La lista podría continuar y si seguimos viviendo como hasta ahora, necesitaremos tres Tierras en 2050. Sabemos que el modo en que vivimos actualmente no es sostenible. Es necesario un cambio urgente, pero un cambio duradero es imposible sin educación.

La investigación muestra que las y los estudiantes necesitan más apoyo para aprender y actuar en favor de nuestro planeta. La publicación presenta el grado de integración de las cuestiones medioambientales en las políticas y planes de estudio de la educación primaria y secundaria en 46 Estados Miembros de la UNESCO. Los resultados son poco alentadores ya que más de la mitad de las políticas educativas y los planes de estudio estudiados no mencionan el cambio climático.  Además, sólo el 19% hace referencia a la biodiversidad

Aunque el 92% de los documentos políticos y curriculares analizados incluían al menos una referencia a temas medioambientales, la profundidad de la inclusión era muy baja. Otro dato relevante que emergió de la investigación fue que en los planes de estudio se prestaba mucha más atención al «medio ambiente» que al «cambio climático» o a la «biodiversidad», ya que el 83% de los documentos analizados mencionaban el «medio ambiente» al menos una vez y el 69% la «sostenibilidad», mientras que el «cambio climático» y la «biodiversidad» sólo se mencionaban en el 47% y el 19% de los documentos, respectivamente.

Asimismo, el documento explica que el papel de las leyes medioambientales y de los programas y eventos intergubernamentales en el avance de los cambios políticos a nivel nacional es evidente a través de los cambios en los marcos utilizados en la política educativa. Otra de las grandes falencias encontradas es que se sigue haciendo hincapié en el aprendizaje sobre el clima y otras cuestiones medioambientales, en lugar de desarrollar también las competencias socioemocionales y de acción fundamentales para la acción medioambiental y climática. Por otro lado, se identificaron numerosos obstáculos logísticos, sociales y políticos para la inclusión de contenidos medioambientales en la educación, lo que sugiere la importancia del aprendizaje permanente y la necesidad de que la paz y la sostenibilidad medioambiental avancen juntas.

Pero no todas son malas noticias, los países han progresado en el tiempo, pero está claro que hay que hacer más para preparar a los alumnos con los conocimientos, las competencias, los valores y las actitudes necesarios para actuar en favor de nuestro planeta. Para contribuir a revertir esta situación el estudio realiza una serie de recomendaciones:

  • Debería hacerse más hincapié en los temas medioambientales en la educación, con una necesidad particular de ampliar la integración del cambio climático y la biodiversidad.
  • El aprendizaje medioambiental debería integrarse en todo el plan de estudios, con una pedagogía holística que vaya más allá de un enfoque exclusivo de conocimiento cognitivo y que tenga como objetivo involucrar a los estudiantes social y emocionalmente y en el aprendizaje y la participación orientados a la acción.
  • Los planes sectoriales de educación deben incluir temas relacionados con el medio ambiente para mostrar una priorización de alto nivel, incidir en la orientación de los contenidos de aprendizaje y promover enfoques sectoriales integrales de la sostenibilidad.
  • Todos los profesores y directores de escuela deben estar capacitados en Educación para el Desarrollo Sostenible, educación ambiental, el cambio climático y la biodiversidad. Deberían estar preparados para poner en práctica sus conocimientos en este ámbito utilizando enfoques de aprendizaje transformador
  • El conocimiento indígena debería incluirse mejor en el aprendizaje medioambiental, con una amplia consulta a los grupos indígenas.

En este desafío todos los sectores pueden y deben aportar su granito de arena. La UNESCO concluye que los gobiernos, los responsables de las políticas educativas, los académicos y las partes interesadas en la educación y el medio ambiente deben seguir comprometiéndose con la Educación para el Desarrollo Sostenible antes de que sea demasiado tarde. Las y los alumnos de todo el mundo serán los agentes de cambio del futuro y para actúan en favor de nuestro planeta necesitan formación de calidad.

Educación ambiental y el arte

La sociedad actual y en especial los jóvenes se encuentran en un contexto en el que los medios de comunicación y las artes juegan un papel esencial en sus vidas. Sus comportamientos son un reflejo de la influencia que los medios ejercen. Por eso es vital usar ciertos códigos de comunicación y arte para invitarlos a comprender sobre la problemática ambiental y participar en actividades que promuevan la valoración y el cuidado del entorno natural. La mirada artística nos permite descubrir nuevos elementos e integrar otros puntos de vista. El pintor Paul Klee decía que “el arte hace visible lo invisible”.

La creatividad y el arte nos permiten percibir los elementos del paisaje, así como el paisaje en su conjunto, de una forma distinta, no estableciendo falsas divisiones entre el aprendizaje intelectual y el emocional. La mirada artística no es determinista, ya que integra la incertidumbre, lo inesperado, lo cambiante con los temas concretos. A diferencia de la ciencia, el arte y la educación ambiental no separan al ser humano de su entorno, y no hablan de la naturaleza en tercera persona, sino que establecen un diálogo fluido con ella.

Un hito en la conexión de naturaleza y arte se dio en la década del 50 cuando la bióloga Rachel Carson escribe su manifiesto “La Primavera Silenciosa” que mezcla literatura y poesía con un testimonio científico contundente en defensa del ambiente. Mucho antes y en todo el mundo, educadores, científicos, músicos y artistas han colaborado en el desarrollo de formas innovadoras de involucrar a los jóvenes en las temáticas ambientales. El uso de la música, el arte pictórico, la escritura creativa y la poesía se ha empleado para fomentar el compromiso sensorial completo con la educación ambiental.

El arte tiene en común con el acercamiento a la naturaleza que es una herramienta educativa que puede cultivar la sensibilidad del hombre, fomentar la cooperación, reducir el egoísmo y, por encima de todo, desarrollar una capacidad general de funcionamiento creativo. En materia de educación artística los niños son especiales destinatarios “Lo que para los adultos serían los atajos para los niños son los caminos principales. El impacto de las imágenes, de ciertas músicas y melodías, el espectáculo de una orquesta, un recital, les apasionan y resulta más sencillo de incorporar. Desde la escuela inclusive. Pero todo eso hay que explotarlo más. El niño es un artista espontáneo dibuja, canta y baila. El arte es el horizonte de los niños. Por eso es más sencillo que introducirlos en la lectura reflexiva, comprensiva, analítica.” Emilio Burucua (2018)

El arte y la educación ambiental son dos puertas al asombro, a la maravilla por el entorno natural y social que nos rodea, y ésta es la puerta a la pregunta y por tanto al aprendizaje significativo.

En resumen:

Se manifiesta una preocupación creciente hacia el desarrollo sostenible y el papel que le corresponde en ello a las instituciones educativas. La situación que se vive hoy en el mundo con respecto a los problemas ambientales no puede asociarse exclusivamente con la aplicación de los avances en la tecnología. También es  importante la adopción de un comportamiento responsable frente a este peligro que amenaza a la vida en el planeta. El sentimiento de amor hacia el medio ambiente es propio del hombre; sin embargo, no se logra por sí solo sin la influencia orientadora, sobre todo de los educadores. Con relación a lo ante expuesto, se hace necesario desarrollar acciones  que incentiven a los estudiantes en su modo de actuación en la sociedad, y particularmente, a los que se forman como futuros profesionales, por lo que de su preparación y actuación depende, en gran medida, su formación integral para una  convivencia armónica con el entorno, aspecto que aún no se ha logrado en toda su plenitud, por lo que en este artículo se propone  elaborar una propuesta  de acciones que contribuya al perfeccionamiento de la educación ambiental para un desarrollo sostenible.

Palabras clave: educación ambiental- medio ambiente- estudiantes- acciones- desarrollo sostenible

 

 

por Alejandro Samayoa| Enero 31, 2023

 

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